lunes, 12 de septiembre de 2011

OTRO CURSO PERDIDO

Me lo confirmaron hace pocos días y yo no lo podía creer: “’Curso del 73’ vuelve a posponerse”. “¿Hasta cuándo?”, pregunté. “Sine die”, fue la respuesta. Y eso me confortó mucho: ya que no se emite el programa, que al menos se vea que el uso del latín sigue vigente. Estoy seguro de que el director del San Severo se sentiría orgulloso.


A mí me gustaba, “Curso del 63”. No era un reality al uso, y tal vez por eso me agradaba tanto. Tenía una parte de ficción (o de recreación) nada habitual y aparentemente incompatible con los formatos de este tipo. Dicen los que entienden del pasado que la mejor manera de conocer una época determinada no es bucear en los libros de Historia o en la prensa del momento, sino sumergirse en la literatura costumbrista que se generó en ese periodo concreto o en las películas ambientadas en él. No sé hasta qué punto tendrán razón, pero resulta evidente que leyendo “La colmena” uno se entera uno mucho mejor de cómo fueron los años 40 que tragándose el lote completo del “NO-DO” de aquella década (si bien parece más dudoso que en un futuro pueda decirse lo mismo de “Física o Química” respecto a “Informe semanal”, a la hora de hablar de nuestros días). En cualquier caso, está claro que son las pequeñas historias cotidianas (aunque sean inventadas) y no las grandes gestas (por reales que fueran) las que nos acercan con menos esfuerzo por nuestra parte a un tiempo que ya pasó.  

En “Curso del 63” el desafío era doble, porque se quería reflejar el ambiente escolar de hace medio siglo al tiempo que se intentaba retratar a los jóvenes de hoy en día. Para hacerlo se recurrió al consabido “choque de épocas” del mismo modo que los científicos recurren al choque de partículas para conocer la estructura del universo. Fue una empresa parecida a la que abordó Mark Twain en “Un yanqui en la corte del rey Arturo”, con resultados casi igual de divertidos. Vamos: lo que se dice una mezcla de “Cuéntame” (recreación costumbrista del pasado) con “Callejeros” (retrato de la sociedad actual, cámara al hombro), e incluso con unas gotas de “Fama, a bailar” (reality show de alumnos que aprenden y conviven en un entorno cerrado). Todo un pastiche, a simple vista. Y sin embargo, aquel extraño experimento, con sus profesores-actores algo envarados, con sus miembros del equipo colándose en cada plano y con sus chicos tan díscolos (y a la vez tan capaces de aceptar cualquier castigo), me pareció más veraz que otros programas de telerrealidad anclados en la ortodoxia de la cámara oculta tras un espejo. Y encima logró, lejos de cualquier polémica, algo tan inaudito como comparar los métodos de ayer y hoy sin tomar partido por un tiempo u otro, como diciéndole al espectador: “Decida usted”. Lo que no deja de tener su mérito en estos tiempos.

Aun así, me habría parecido perfectamente normal que no se hubiera grabado una nueva edición del programa. El mensaje había quedado claro, y el camino de “disciplina versus rebeldía” no parecía llevar mucho más lejos. Pero el caso es que esa nueva edición se hizo. Y Antena 3 la compró... aunque cualquiera diría que no quiere emitirla.

Por lo publicado hasta ahora, “Curso del 73” intentaba alejarse del modelo original con un cambio de década nada casual y mucho más significativo de lo que parece. En 1973 los chicos y las chicas ya podían estudiar juntos antes de llegar a la universidad, había Formación Profesional, España se había modernizado bastante y la autoridad de los profesores empezaba a resentirse tras las revueltas de finales de los sesenta. Es de suponer que los responsables del formato buscaban nuevos conflictos diferentes de los recogidos en la primera edición (y si de paso encontraban tramas de sexo, para qué queremos más...).

Tengo mis dudas de que ese enfoque fuera una buena idea. Los choques de épocas se basan en el contraste, y los setenta fueron, en comparación con el decenio anterior, unos años de indefinición. Con todo, ciertas personas que yo conozco y que han visto el material resultante me aseguran que la nueva edición es más entretenida, más rica en matices y menos reiterativa que la original. No sólo eso: afirman que los directivos de la cadena corrigieron cada uno de los episodios, fotograma a fotograma, hasta conseguir el producto que querían. Y que quedaron encantados con él. Y que lo pagaron. Pero no lo emiten.

Ya han perdido un curso, y van a por otro. Durante este periodo, Antena 3 se ha extraviado en realities de marcos y barcos, que o no encajaban o se hundían. El estreno de “Curso del 63” fue el más visto de su tipo en toda la historia del canal, pero eso no parece pesar lo suficiente. De su repercusión da idea el hecho de que una de sus protagonistas (sí, hombre: aquella alumna que se parecía a Amy Winehouse, q.e.p.d., y que ahora no me acuerdo cómo se llamaba) participara después en “Mujeres, hombres y viceversa”. ¿Cabe mayor consagración para un reality-show?

“Curso del 73” está listo para estrenarse. Lo han anunciado ya tres o cuatro veces. Somos muchos los que queremos verlo. A los de Antena 3 les gusta (y si no les gusta, que no lo hubieran comprado, y mucho menos publicitado). Aunque la cadena tuviera problemas para encajarlo en su parrilla, dispone de tres canales más (Nova, Nitro y Neox) para hacerle un hueco sin arriesgarse al fracaso. Pero siguen sin emitirlo.

Se les van a acabar las convocatorias.

5 comentarios:

  1. Solo espero k don Luis vuelva a dar clase... Tiene un morbo con ese rollito casi paternal con sus alumnos...
    ;-)

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  2. Don Luis sí que volvía... En cambio, el profesor de música que se presentó a las primarias del PSOE no repite. ¿Habrá tenido algo que ver Rubalcaba? (Es broma: la nueva edición ya estaba grabada para entonces)

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  3. Yo, a Don Luis, lo he visto en Águila Roja. Me encanta, va con cicatriz y todo... Igual se la hizo algún antiguo alumno

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  4. Ahora que lo pienso... ¿esto no será otro nuevo recorte en Educación?

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